DE BLOGS Y BLOGUER@S

El otro día leí un artículo el blog Trendencias que a continuación os incluyo sobre el que me gustaría hacer una reflexión y saber qué opináis vosotr@s al respecto.

Bloggers de éxito, ¿sabríais vestir sin las grandes firmas?

Por Charlie de Trendencias

Es un tema de lo más complicado pero que se está hablando mucho en los últimos tiempos. Con el boom de blogs que ha habido estos últimos años las egobloggers de éxito han pasado de mostrar su estilo personal a ser un escaparate para las grandes firmas y un producto de publicidad de lo más rentable. Al fin y al cabo, atraen miles de visitas al día y las firmas pagan ‘su cuota‘ con prendas, lo que les sale muy rentable. 

¿Quién fue primero el huevo o la gallina? Esta pregunta la podríamos aplicar en este tema, ¿empezó la blogger a tener éxito por mérito propio o por mérito de las grandes marcas? No lo sé y puede que entremos en un gran debate. Así que me gustaría saber vuestra opinión frente a este tema.

Si bien es cierto que algunas chicas se les ha visto el plumero en los últimos meses (un claro ejemplo es el de la archiconocida Chiara Ferragni) debo echar una lanza a su favor: no sé si en su lugar podría resistirme a ser ‘una vendida’. Quiero decir, me encanta la moda y adoro las firmas low-cost pero no sé si podría rechazar regalos suculentos de firmas como Chanel o Christian Louboutin. ¿Quién podría hacerlo?

Es cierto que la mayoría de las chicas (y chicos) que miramos y seguimos blogs lo hacemos por los looks asequibles que muestran, pero cada vez son más las que abandonan las firmas baratas. Y en los tiempos que corren, mirar los outfits a base de Balenciaga, Céline o Burberry Prorsum son un quiero y no puedo. Nos pueden servir como inspiración, pero nunca se logrará algo parecido.

Pero estas bloggers que hoy en día disfrutan de tanto éxito y están en la cresta de la ola, ¿sabrían tener los mismos seguidores y el mismo éxito si vistieran cada día con ropa made in Stradivarius, Primark o H&M? No sé qué responder, pues cada martes vemos como ha sido el cambio de cada una. Chiara era de lo más hortera, Andy resbalaba bastante y Rumi no era lo mismo sin sus innumerables modelitos a base de Alexander Wang.

El detalle que más canta

Para poner un ejemplo a todo esto que digo os voy a mostrar algo que me llamó la atención. Hace unas semanas la italiana más famosa de estos últimos tiempos colgó una imagen en su página personal de un reloj Cartier de oro valorado en más de 3.000€. Bajo la imagen decía algo así como ‘Pura perfección‘.

Pues bien, en el post de hoy ya ha mostrado su muñeca con el modelo en cuestión más una pulsera de oro de la misma firma a juego. ¿Coincidencia o marketing?

Si hacemos un balance a los outfits que nos presentan los números se disparan considerablemente. Y sí, es cierto que gracias a su página ganan mucho dinero pero si hacemos una suma total de todas las prendas con las ganancias probablemente no cuadrarán las cuentas.

No es una crítica hacia ellas, cada una es libre de tomar su elección (Mireia de My daily style sigue siendo fiel a su estilo), pero a veces se olvidan de cuáles son sus orígenes.

Fuente: http://www.trendencias.com/looks-y-celebrities/bloggers-de-exito-sabriais-vestir-sin-las-grandes-firmas

                                                                                                                                   

A lo que yo digo:

Pues esto es como todo, depende si quieres hacer de ello un negocio y convertirlo en tu medio de vida o no.

Creo que esa es la primera distinción que debe hacerse entre los blog, o mejor dicho, entre las blogueras que al fin y al cabo son las que están detrás de estas publicaciones y quienes deciden en última instancia cual es el rumbo y el sentido que quieren dar a su creación.

Yo en mi caso, de momento, lo tengo muy claro: para mí mi blog es un entretenimiento y una forma de compartir, con los que lo quieran leer, mis conocimientos, mis gustos y mis intereses. Por ahora no pretendo convertirlo en mi medio de vida, ni si quiera en una fuente de ingresos, porque para empezar lograr eso cuesta un esfuerzo y una dedicación que no sé si estoy dispuesta a darle. 

Quizás mi opción sea una opción equivocada, porque de alguna manera trabajo doblemente, por un lado en mi trabajo diario como Susana Segovia  y por otro en mi página como Shopping Advisor, añadiéndole horas al día a base de robárselas al sueño para sacar adelante mi blog, para documentarme, buscar contenidos, captar imágenes, editar y redactar,  en definitiva para poder hacer todo el trabajo que lleva detrás una creación de este tipo.

Pero también creo que hoy en día apostar por algo así, es muy arriesgado, intentar convertir tu blog en tu medio de ingresos sin tener un colchón laboral detrás es algo que muy pocos nos podemos permitir, porque puede que triunfemos o puede que no. Hay millones de blogs ¿y quien nos asegura que el nuestro, el que hemos convertido en nuestro “trabajo” dedicándole todo nuestro tiempo nos vaya a dar de comer como se dice vulgarmente? nadie, absolutamente nadie.

Yo, como tantas otras blogueras, no puedo permitirme el lujo dejar mi trabajo para dedicar las 24 hrs. del día a hacer mis post, a pasearme de fiesta en fiesta, ni de tienda en tienda haciéndome fotos por toda la ciudad.

Pero también entiendo que quienes quieran hacerlo deben agarrarse a un clavo ardiendo, vendiéndose a los mejores postores o dicho más claramente, a las mejores marcas, aunque a mi juicio, eso suponga perder en cierta manera la esencia primigenia del blog como concepto. Me explico:

Mes tras mes las revistas de moda nos inundan con editoriales de moda llenos de prendas ideales que normalmente están fuera de las posibilidades económicas de la gran mayoría de las fashionistas. Ropa, calzado y accesorios que se convierten en inalcanzables objetos de deseo cuando debemos pagar hipoteca, facturas y demás gastos con un sueldo de poco más de mil euros. 

Eso ya nos lo dan publicaciones como Vogue, Elle, Woman, Telva, etc. así que entiendo que cuando recurrimos a blog de chicas como nosotras esperamos ver eso, chicas como nosotras que no pueden invertir todo su sueldo en un Hermés. Queremos ver gente cercana con la que nos podamos identificar, a la que podamos seguir y copiar, no sólo admirar y eso, nos guste o no la mayoría de las veces requiere que las blogueras vistan de marcas “low cost”, no de grandes firmas.

Porque eso es lo que tienen las marcas “low cost”, que todo o casi todo el mundo se las puede permitir, copiando así el outfit de su bloguera favorita.

Pero yo creo que el reto de la verdadera bloguera, de la verdadera estilista, reside en crear outfits para todo y para todos. Porque todos podemos crear un estilismo maravilloso cuando no tenemos límite en la tarjeta, pero la cosa se complica e incluso se convierte en un arte cuando debemos hacerlo con un escaso margen económico.

Qué duda cabe que a todas las amantes de la moda nos encantan las prendas, los zapatos y los bolsos de grandes diseñadores, eso es obvio. A mí misma me encanta mostrar en mi blog mis nuevas adquisiciones, sean de firma o de marca “low cost”, lo mismo me da. No se me caen los anillos por enseñar mis prendas de Zara o de Blanco, incluso hasta de mercadillos.

Y siempre que enseño algo de firma, excepto en contadas ocasiones como cumpleaños o Reyes, podéis estar seguras de que ha sido comprado con descuento, en algún showroom, outlet, mercadillo o rastrillo, hecho del que me siento profundamente orgullosa.

Porque para mí esa es la otra característica que debe tener una buena estilista: la de conseguir lo mejor al mejor precio y tener los contactos y los recursos suficientes para lograrlo. Todas pueden encontrar unas botas de Miu Miu por 700€, sólo hay que ir a la tienda, pero ¿cuántas podemos hacerlo por 180€? No todas, porque eso requiere tiempo, dedicación, entrega y sobre todo pasión por lo que haces.

Y creo que todo lo hecho con pasión y con esfuerzo por uno mismo siempre reconforta más que lo que nos ponen directamente en las manos. Sin duda sería maravilloso que llegara a mi casa un paquete directamente de Stella Mccartney con unas maravillosas zapatillas dentro, pero no sé si me haría más feliz o si me haría sentir mejor que saber que costaban 400€ y yo, con mi trabajo, mi esfuerzo y mi dedicación logré encontrarlas por 100!