01 febrero 2012

DE MARCA Y MARCAS: SOBRE ABERCROMBIE & FITCH

Hace cosa de un mes, más o menos, publiqué un post sobre la difícil relación entre l@s bloguer@s y las marcas de moda y ahora que me he propuesto introducir publicidad en mi blog lo vuelvo a hacer.

Como he dicho es una relación muy complicada ya que cuando uno se propone entablar relaciones de “amistad” con las marcas para buscar patrocinios, invitaciones a eventos, fama y regalos compromete su libertad de expresión. Ya nada vuelve a ser igual, la crítica y el desacuerdo desaparecen y todo (y todas las marcas) se vuelve fantástico y maravilloso porque nadie osa morder la mano que un día puede que te dé de comer (o te mande regalos y te invite a eventos).

Mal que les pese a algunos ese nunca a sido mi espíritu ni la intención de mi blog, nada más lejos, por eso pese a colgar publicidad podéis estar seguros de que lo haré sólo de marcas que conozca de primera mano y que haya testado personalmente. Nunca intentaré vender a los demás algo que no compraría para mí. Por eso la crítica (y también la alabanza, por supuesto) seguirá estando presente en mi blog. Haré comentarios tanto positivos como negativos de todo aquello que me gusta y de lo que no. Porque creo que un blog que vende estilo sin criterio no vale la pena y aquellos que dicen “sin guana” a todo hacer sin distinción no lo tienen.

Y por eso tras todo este rollo que os acabo de soltar hoy os voy a hablar de Abercrombie & Fitch a raíz de dos recientes noticias que han llamado mi atención. Pero antes pondré un poco en antecedentes a todos aquello profanos en el mundo Abercrombie.


Abercrombie & Fitch es una marca americana famosa por sus “originales” tiendas. La situada en el 720 de la 5ª Avenida de Nueva York es parada obligada para los turistas que se quedan embobados mirando los modelos que asoman semidesnudos por su puerta bailando al son de la música discotequera.


La tienda de Madrid es más de lo mismo. En la puerta de entrada de la tienda dos jóvenes dan la bienvenida a los compradores. Todos los dependientes parecen sacados de un desfile de modelos y van vestidos iguales. A los pocos metros de entrar, encontramos una escalera donde nos reciben otros dos dependientes. Allí vemos otro sello distintivo de la firma. El único chico corpulento que enseña músculo, va sin camiseta aunque con una chaqueta encima. Le acompaña una chica, bien tapada. Ambos dan la bienvenida al comprador, diciendo al unísono en inglés: “Hey. What’s going on?”. La tienda está decorada como un palacio de lujo aristocrático, los acabados están muy cuidados. El culto al cuerpo queda de manifiesto de forma más que evidente. Una escultura de un hombre musculoso se ubica en el hall de entrada, mientras que en toda la pared de las escaleras hay pinturas de hombres sin camiseta haciendo deporte. También llama la atención la escasa iluminación de las distintas salas con prendas y complementos para hombre y mujer, así como el intenso olor a perfume y el alto volumen de la música.


Y una dada esta pequeña explicación sobre el tipo de tienda a la que nos enfrentamos os comento las noticias que llamaron mi atención. 

La primera del 16 de diciembre:


Por lo visto la firma estadounidense Abercrombie & Fitch hace un balance muy positivo del primer mes y medio del funcionamiento de su primera tienda en España. Según Ana Fernández, manager del establecimiento de Madrid, el desembarco de la enseña estadounidense ha sido “un boom” y existe un “gran interés por la marca”, incluso “los fines de semana y los días festivos se forman largas colas en el exterior para entrar en la tienda”. La manager subraya, además, que el establecimiento atrae a “todo tipo de personas”, desde “abuelas que compran para sus nietos, hasta madres e incluso jóvenes que vienen sólo con 20 euros y se compran una pulsera”.

Y la segunda del 23 de diciembre. Tan sólo una semana después de la primera:

El grupo estadounidense Abercrombie & Fitch frena en el mercado europeo. La compañía ha decidido paralizar su expansión en el continente ante la coyuntura económica, lo que afectará a su proyecto de apertura en Barcelona. El grupo se echó atrás en la decisión de ocupar 2.800 metros cuadrados en la antigua sede de Banco Vitalicio, en Paseo de Gracia con Gran Vía. El repentino giro en la estrategia de Abercrombie no afectará únicamente al establecimiento de Barcelona, sino también a otras ciudades como Viena, ya que la decisión del grupo tiene alcance europeo. En 2012, la compañía proyectaba la apertura en ubicaciones como Amsterdam, Munich y Hamburgo.

Curioso cuanto menos ¿no? Si tan buenos han sido los resultados ¿por qué paralizan su expansión por la península y otros países europeos?


Pero en bueno la verdad es que no me extraña porque en el fondo no termino de entender la euforia por Abercrombie. Creo que ofrecen lo mismo que muchas otras marcas a precios mucho más caros. No tienen una calidad ni un diseño que los distinga muy especialmente de sus competidores, excepto su famoso logo. No me gusta la inspiración discotequera de sus tiendas que se ha extendido hasta las colas de la puerta, hasta en eso las imitan! No me gusta la poca iluminación que tienen sus salas, si voy a gastarme una pasta en algo quiero ver bien ese algo y odio profundamente tener detrás de mi un séquito de dependientes sonrientes haciéndome la pelota mientras miro y toqueteo todo. Eso ya lo inventó el Corte Inglés y creo que es algo que no va mucho con las nuevas generaciones de compradores.


Esta claro que quien compra en Abercrombie & Fitch, no la hace por el diseño ni por la calidad de sus prendas, lo hace por lo que conlleva, por lo que significa. Vestir de Abercrombie &Fitch significa colgarse una determinada etiqueta, es una forma de decirle al mundo que puedes gastarte 120€ en una simple chaqueta de punto que en cualquier otro sitio te costaría 30€.  


Llevar su famoso logo es como llevar una medalla, una forma de decir cual es el saldo de tu cuenta corriente sin enseñarles la cartilla, un signo de status que yo sinceramente a menos de que lo encuentre en un mercadillo o de que me lo regalen (y no lo pueda cambiar por otra cosa) no llevaré jamás. Hay infinidad de marcas mucho mejores y más originales en las que gastarme la misma cantidad de dinero e incluso menos!

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